Los primeros cerdos que pusieron pata en el continente americano llegaron con Cristóbal Colon después de un largo viaje en 1493. Estos ocho pasajeros cuadrúpedos son los ancestros de la mayoría de las generaciones actuales. Estos simpáticos animales se fueron extendiendo por el nuevo continente y sus islas con la ayuda de personajes famosos como Francisco Pizarro, Hernando de Soto en sur América y el inglés John Smith en norte América.
Tienen adeptos a nivel mundial pero es en China donde la populación porcina es superior, un cerdo por cada tres personas. Evidentemente su presencia se reduce dramáticamente en países islámicos o en las zonas frías del planeta ya que los cerdos no resisten las temperaturas bajas.
Son los franceses del Perigord y Borgoña y los italianos de Piamonte los que le sacan más provecho financiero al animal sin dañarle, o al menos inmediatamente. El olfato de los cerdos es tan fino que puede detectar las famosas trufas a más de seis metros. En Italia un buscador de trufas puede llegar a ganar hasta 150.000€ en 3 meses.
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