miércoles, 30 de julio de 2008

Reloj biológico de las plantas


Muchas plantas poseen un “reloj biológico” my sensible que regula su actividad durante el día y determina el mayor numero de insectos polinizadores. También ordena la actividad enzimática, lo que permite el desarrollo de las plantas, la producción de néctar y el descanso durante las horas de oscuridad.

Las plantas reconocen la hora del día, la época del año y miden la duración del día y de la noche para saber cuando florecer. La temperatura atmosférica y la humedad del suelo son otros elementos importantes cuya adecuada combinación estimula la germinación, parámetros que pueden variar de un año a otro. Al ser la duración del día en una determinada época del año más constante, esto constituye una señal más fiable. La duración del día también es esencial para iniciar la floración. Pero los experimentos hechos en plantas que en condiciones naturales florecen en una sola época del año, muestran que el sentido de inicio de la floración de una planta se perturba más si se la expone a la luz a media noche que si se la cubre durante el día.

El fitocromo, una proteína mezclada con un pigmento azulino sensible a la luz que se halla en las hojas de las plantas y que activa su percepción del tiempo. Cada especie utiliza de manera diferente los mensajes químicos que recibe de su fitocromo. Según su respuesta a la duración del día, las plantas se concentran en tres categorías.

Las “plantas de día breve” como el crisantemo, florecen cuando la noche excede cierta duración, en otoño o invierno, o bien, en el caso de ciertas especies tropicales, en verano. Las “plantas de día largo” como el clavel, lo hacen en primavera o verano, cuando el día alcanza una cierta duración. En los dos casos, el término de duración del día o la noche varía. Las “plantas neutrales al día” como el tomate, florecen en cuanto están maduras, sin importar la duración del día.

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