Por la naturaleza misma del negocio no existen estadísticas precisas.
No obstante el departamento de Estado estadounidense calcula que cada año en el mundo unas 800.000 personas caen víctimas de la trata internacional con fines de explotación, que incluye diferentes tipos de abuso, como la explotación laboral y sexual y el tráfico de órganos.
En cuanto a explotación sexual se refiere, Europa Occidental es uno de los grandes destinos de la trata internacional.
Según Naciones Unidas, España está entre los 10 países de la región con una incidencia más alta de este delito.
Pero el mismo tipo de explotación sexual que hay en España se está dando también las 24 horas del día en países como Estados Unidos y Japón.
En efecto, esta forma de esclavitud moderna afecta virtualmente a todas las naciones del mundo, que se clasifican como países de origen, tránsito o destino de las víctimas.
Se estima que este gran negocio global, controlado por las mafias del crimen organizado, mueve unos US$10.000 millones al año.
Los enormes beneficios que genera sitúan a la trata de personas en el tercer puesto dentro del escalafón global del crimen, justo después del tráfico de drogas y de armas.
La trata y el tráfico de personas son dos actividades ilegales diferentes, aunque a menudo están muy relacionadas.
El tráfico de personas (en inglés people smuggling) es un mero delito de migración contra las reglas fronterizas de un estado.
Mientras que la trata de personas (en inglés people trafficking) va mucho más allá del desplazamiento organizado: tiene en todo momento fines de explotación sexual, laboral o de órganos, y utiliza siempre o en alguna etapa del proceso métodos de coacción, intimidación, violencia, engaño o abuso de la vulnerabilidad de la víctima.
No obstante el departamento de Estado estadounidense calcula que cada año en el mundo unas 800.000 personas caen víctimas de la trata internacional con fines de explotación, que incluye diferentes tipos de abuso, como la explotación laboral y sexual y el tráfico de órganos.
En cuanto a explotación sexual se refiere, Europa Occidental es uno de los grandes destinos de la trata internacional.
Según Naciones Unidas, España está entre los 10 países de la región con una incidencia más alta de este delito.
Pero el mismo tipo de explotación sexual que hay en España se está dando también las 24 horas del día en países como Estados Unidos y Japón.
En efecto, esta forma de esclavitud moderna afecta virtualmente a todas las naciones del mundo, que se clasifican como países de origen, tránsito o destino de las víctimas.
Se estima que este gran negocio global, controlado por las mafias del crimen organizado, mueve unos US$10.000 millones al año.
Los enormes beneficios que genera sitúan a la trata de personas en el tercer puesto dentro del escalafón global del crimen, justo después del tráfico de drogas y de armas.
La trata y el tráfico de personas son dos actividades ilegales diferentes, aunque a menudo están muy relacionadas.
El tráfico de personas (en inglés people smuggling) es un mero delito de migración contra las reglas fronterizas de un estado.
Mientras que la trata de personas (en inglés people trafficking) va mucho más allá del desplazamiento organizado: tiene en todo momento fines de explotación sexual, laboral o de órganos, y utiliza siempre o en alguna etapa del proceso métodos de coacción, intimidación, violencia, engaño o abuso de la vulnerabilidad de la víctima.
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