Los naipes chinos que actualmente se siguen usando se parecen a esta descripción, pero son muy diferentes de las cartas occidentales. Y por eso tenemos que avanzar una etapa en la ruta de la seda, y pararnos de nuevo en Persia, en donde el juego nacional era y es el polo: Perseguir una pelotita a golpes de palo, desde lo alto de un caballo. Y aquí se originan los cuatro palos típicos: Oros, en realidad podrían ser las pelotas de polo; Copas, que no se sabe a ciencia cierta qué representaban en un principio; Espadas, que todo caballero medieval, musulmán o cristiano, es igual, debía llevar al cinto; y Bastos, sin duda palos de polo en su comienzo. Se adaptan las series de 9 ó 10 numerales, tal vez en recuerdo de los puntos del dado o del dominó; y se forjan las figuras, tal vez tomadas del juego de mesa por excelencia: El ajedrez, ampliamente extendido por todo el mundo medieval. Este proceso habría tenido lugar hacia el siglo XIII, y durante el siglo siguiente, los comerciantes árabes lo trajeron hasta Europa.
Porque hasta el último tercio del siglo XIV no hay ninguna mención a los naipes en Europa. Tal vez la primera cita de la palabra inequívoca "naip" sea la que se contiene en el libro "Diccionario de la Rima", de Jaime March, datado en 1371. No podía ser de otra manera, España era el principal nexo de unión entre moros y cristianos, y por aquí llegaron la mayor parte de las novedades que los árabes trajeron: El primer molino de papel de Europa estuvo aquí, la primera utilización militar de la pólvora que los árabes traían de China fue aquí, la cerámica vidriada en oro y otras mejoras pasaron por aquí, y tantos otros inventos medievales se estrenaron en España.
Lo cierto es que en muy pocos años, lo que duró la década de 1370 a 1380, los naipes se extendieron por toda Europa. Un poco tiempo más y ya se produce la diversificación en los juegos y en los mismo naipes según los diferentes países: Palos latinos (oros, copas, espadas y bastos) se afianzan en España, Portugal, Italia, sur de Francia y norte de África, para extenderse después por los territorios conquistados en el siglo XVI; palos anglo-franceses(Corazones, Diamantes, Tréboles y Picas), inventados a mediados del siglo XV en Francia, pasaron muy pronto a Inglaterra y desde allí a los Estados Unidos, que acabaron de imponerlos por doquier en el siglo XX. Palos alemanes (Corazones, Bellotas, Hojas y Cascabeles), en Centroeuropa; palos suizos (Escudos, Flores, Bellotas y Cascabeles), sólo en Suiza.
Mención aparte merece el juego de tarot. Sus orígenes se remontan al norte de Italia, al menos hacia el 1420; en diversas ciudades se usaron tipos algo diferentes, con hasta 96 cartas, pero el que más éxito tuvo fue el que hoy conocemos como Tarot de Marsella, en realidad de origen piamontés, con 78 cartas. Existe gran controversia entre los jugadores y los adivinadores, acerca de qué fue antes, si el tarot para adivinar, del que derivaría la baraja sin arcanos mayores para el juego del populacho, o si la baraja se inventó para jugar y posteriormente se usó con fines mágicos.Lo cierto es que las primeras noticias del uso de los naipes para adivinar son unos 400 años posteriores a las del juego de naipes.
Pero entre los esotéricos, la teoría más universalmente aceptada es que el tarot debe su nombre y si origen al "Libro de Toth", compuesto por los sacerdotes egipcios hacia el siglo XVII antes de Cristo, como resumen de toda la sabiduría contenida en las pirámides. Los hebreos sacaron esta colección de 22 estampas escondida en el "pectoral del juicio" que porta sobre su pecho el Sumo Sacerdote.
No hay comentarios:
Publicar un comentario