domingo, 11 de mayo de 2008

Roy Bean un juez no como los otros


Roy Bean nació en Mason County, Kentucky alrededor de 1825, aunque algunos documentos sugieren que nació en 1823. Tras asesinar a un lugareño, Roy marchó a California. El 24 de febrero de 1852, Roy fue arrestado tras herir en un duelo a un hombre llamado Collins.
Roy volvió a Nuevo México, donde su hermano Sam había llegado a sheriff. Roy siguió atendiendo el “saloon” de su hermano Sam durante varios años e incrementando sus ingresos mediante el contrabando de armas mejicanas destinadas al Ejército de la Unión durante la Guerra Civil Estadounidense.


Casado y con 5 hijos, Roy mantuvo su familia vendiendo de puerta en puerta madera para encender fuego y leche aguada.

Las autoridades del condado, ansiosas de establecer algún tipo de defensa de las leyes locales, lo nombraron juez de paz del condado de Pecos. Fue elegido en el cargo en 1884 y reelegido muchas veces. Sus métodos para impartir justicia eran arbitrarios y cómicos e inspiraron muchas anécdotas e historias extravagantes. El equipamiento de su juzgado consistía en un revólver, un libro de leyes y su oso mascota.

Al celebrar ceremonias de boda, siempre terminaba la celebración diciendo "Y que Dios se apiade de vuestra alma".

Se cuenta que una vez encontró muerto a un hombre que llevaba una pistola y $40 en el bolsillo... y decidió ponerle al cadáver una multa de $40 por llevar un arma oculta.

Un irlandés fue acusado de asesinar a un obrero chino. Iniciada la sesión, Bean pasaba las páginas de su libro de leyes buscando un precedente legal. Finalmente, agarrando su rifle proclamó, "Caballeros, la ley es muy explícita por lo que se refiere al asesinato de vuestro compañero, pero aquí no se dice nada sobre el asesinato de un Chino. El acusado queda absuelto."

A los mejicanos no les iba mejor: “Bien merecido se lo tuvo el muerto por ponerse delante de una pistola”

Su “saloon” estaba situado cerca del ferrocarril, donde los trenes paraban 10 minutos para repostar, parada que los viajeros aprovechaban para bajar a tomar una cerveza. Un día, apremiado por la marcha del tren, un viajero pagó su cerveza de 30 centavos con un billete de $20. Viendo que no le devolvían el cambio, se impacientó y trató a Bean de ladrón, el cual igualó las cuentas imponiéndole una multa de $19,70 por insultos a la autoridad.

En 1896, Bean organizó un combate del campeonato mundial de boxeo entre Bob Fitzsimmons y Peter Maher en una isla del Río Grande porque los combates de boxeo eran ilegales en Texas. Las noticias deportivas que siguieron difundieron la fama de Bean por los Estados Unidos.

Por años Bean despachó whisky y justicia por igual desde su silla en el porche de su “saloon”. Había conseguido que lo eligieran juez al afirmar que, por haber entrado y salido de la cárcel tan a menudo, se sabía el sistema jurídico al derecho y al revés.

El juez Roy Bean murió pacíficamente en su cama tras una borrachera, el 16 de marzo de 1903. La leyenda posterior aseguraría que fue asesinado en el porche de su “saloon” por un forajido mexicano. Fue enterrado en el Whitehead Museum, en Del Río, Texas.

No hay comentarios: