martes, 27 de mayo de 2008

¿Cuando adoptó la cristiandad la creencia en el infierno?


Mucho después de Jesucristo y sus apóstoles. Según la obra francesa Encyclopædia Universalis, “El Apocalipsis de Pedro fue la primera obra apócrifa cristiana que describió el castigo y las torturas con que se afligía a los pecadores en el infierno”.

No obstante, los primeros Padres de la Iglesia divergían en el significado del infierno. Justino Mártir, Clemente de Alejandría, Tertuliano y Cipriano creían que era un lugar ardiente. Orígenes y el teólogo Gregorio de Nisa lo concebían como un estado de separación de Dios, de sufrimiento espiritual. Por otro lado, Agustín de Hipona sostenía que el sufrimiento que se padecía en el infierno era tanto sensorial como espiritual, idea que fue ganando aceptación. El profesor John N. D. Kelly escribió: “En el siglo V ya se había impuesto en todas partes la severa doctrina de que los pecadores no reciben una segunda oportunidad en la otra vida y que el fuego que los devora nunca se extingue”.


En el siglo XVI, reformadores protestantes como Martín Lutero y Juan Calvino llegaron a la conclusión de que el tormento abrasador del infierno simbolizaba la separación eterna de Dios. Sin embargo, la concepción del infierno como un lugar de tormento volvió en los siguientes dos siglos. El pastor protestante Jonathan Edwards solía atemorizar a los colonos americanos del siglo XVIII con sus gráficas descripciones del infierno.


Sin embargo, poco después las llamas del infierno empezaron a oscilar y apagarse. U.S.News & World Report afirma que el siglo XX casi supuso la extinción del infierno.

No hay comentarios: