Los relatos incluidos entre estos "Cuentos del Antiguo Egipto" son realmente extraños, misteriosos, nos dan luces fragmentarias de inquietudes que a cierta altura de la vida nos asaltan respecto al libro, la escritura, el paso al más allá, las profecías... "La aventura de Satni-Khamois con las momias" es particularmente perturbadora, por su construcción en espiral y su mezcla de personas y dioses, vivos y muertos, dobles y almas. El cuento tiene autor: el escriba Ziharpto. Dentro de este mismo ciclo, el relato "De qué modo Satni-Khamois triunfó sobre los asirios" es, como señala Maspero, el mismo que aparece en la Biblia, en Reyes II, Capítulo 19, versículos 35 y 36, en visión judía. Y Herodoto también relata esta hazaña, en el Libro II de su "Historia". Pero la participación de un ejército de ratones en la batalla no puede ser sino fantasía.
Hay relatos de la era faraónica que son análogos a los de las "Mil y una noches". Adaptados al gusto musulmán en el último caso. El relato titulado "El príncipe predestinado", por ejemplo, tiene mucho que ver con las hazañas de Alí Babá. Maspero afirmaba, hace más de un siglo: "Incluso al cabo de veinte siglos de ruinas y olvido, Egipto posee todavía casi tantos cuentos como poemas líricos o himnos dedicados a la divinidad". Su conocimiento de los textos egipcios lo faculta también a afirmar que muchas de estas obras son producto de la pura imaginación, que no relatan hechos históricos sino que se hicieron para divertir. Pero agrega, sin ironizar: "Y no es solamente la literatura popular la que posee el equivalente de estas aventuras: las religiones de Grecia y Asia occidental (judaísmo, cristianismo) contienen leyendas que pueden compararse con aquéllas casi punto por punto".
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